Fin del síndrome de la cabaña – inicio al miedo a salir

Ahora, casi dos meses después de que el coronavirus nos obligó a entrar en confinamiento, conocemos ampliamente lo que ocurre cuando una persona se encuentra aislada durante un tiempo prolongado, y tiene nombre: el síndrome de la cabaña o la fiebre de cabaña. La mayoría de nosotros hemos tenido que combatir las sensaciones que acompañan el estar en casa durante mucho tiempo: inquietud, ansiedad, síntomas depresivos, sensación de sinsentido etc. Los psicólogos hemos hecho recomendaciones y hemos proporcionado pautas para sobrellevar el síndrome de la cabaña, como encontrar rutinas, hacer ejercicio, mantener una vida social virtualmente etc. No obstante, la “cura” de la fiebre de cabaña es, en realidad, salir. Sin embargo, con o sin el síndrome de la cabaña, hay muchas personas que, a pesar de haber anhelado su libertad de movimiento, ahora sienten miedo a salir, a una normalidad que no es tan normal. 

Miedo a salir a la calle

Con el coronavirus presente mires por donde mires, en redes sociales, periódicos, la televisión o en nuestras conversaciones, y los recordatorios constantes en la calle en forma del distanciamiento social, mascarillas, guantes, sólo salir individualmente etc., es lógico que experimentemos cierta aprensión y miedo a salir, dejando la seguridad de las paredes de nuestras casas. Es más, nos hemos acostumbrados a las prórrogas de la cuarentena y, de repente, vemos como las puertas de la libertad se van abriendo conforme van cayendo las restricciones y, de manera relativamente veloz. Nos ha costado adaptarnos mentalmente a la cuarentena y al síndrome de la cabaña, ahora tenemos que adaptarnos a poder salir, y que en pocos días podremos vernos en grupos de 10 personas. Muchos ni se atrevían a soñar con un escenario semejante hace nada, y muchos temen disfrutar esa libertad y encontrarse con el temido coronavirus, infectándose con el mismo, o que otros sean contagiados y volver a al aislamiento teniendo que acostumbrarse a la fiebre de cabaña nuevamente.

Cómo enfrentar el miedo a salir

Hacer cosas por primera vez o algo que no hemos hecho en mucho tiempo puede producir ansiedad, miedo o preocupación. Muchos sintieron miedo cuando cogieron un coche por primera vez para aprender a conducir, pero lo hicieron y vencieron. Para que un miedo no se vuelva patológico hay que procurar no evitarlo, sino enfrentarse directamente o de forma escalonada, igual que estamos ante una desescalada de la cuarentena. Si no enfrentamos el miedo a salir o miedo a ser contagiados, esas emociones irán en aumento porque las validamos con nuestro comportamiento. En este caso el miedo a salir puede convertirse en agorafobia, el miedo patológico a salir a la calle. Por ello, igual que cuando aprendemos a conducir, se hace poco a poco, aprendiendo cómo manejar los pedales y hacer que el coche empiece a moverse, la desescalada del confinamiento permite hacer lo mismo. El enfrentarnos permite conocer el peligro real.

Cosas concretas que puedes tener en cuenta si eres de los que sienten miedo a salir:

  • Vigila tus pensamientos. ¿Cuál es el miedo real? La calle en sí no hará nada. ¿Es hacer algo que has vivido como prohibido durante mucho tiempo? ¿Es miedo al contagio del Coronavirus? Si podemos identificar el pensamiento que genera el miedo podemos examinarlo, cuestionarlo y relativizar. Por ejemplo, si tenemos miedo al contagio, podemos examinar cuánto de intenso es ese miedo. En una escala de 1-10, siendo 10 un miedo casi paralizador, ¿cuánto miedo sientes? Quizá no es tanto en realidad, o sí. Y si miramos la duración del miedo, ¿se mantiene estable durante mucho tiempo, o se va relativamente pronto? Conociendo el miedo mejor podemos preguntarnos hasta qué punto es probable que dicho contagio se produzca, y manteniendo las recomendaciones cuál es la probabilidad. También podemos indagar en cómo nos sentiremos después de cinco minutos de paseo, si vamos a sentir lo mismo, con la misma intensidad, y cómo pensamos que estaremos una vez que volvamos a casa. 
  • Maneja tus emociones. Si sientes miedo y ansiedad puedes regular esas emociones por ejemplo mediante la respiración profunda (meditación, mindfulness, ejercicios de relajación, visualización…). La ansiedad empieza por una respiración superficial, acarreando las otras sensaciones corporales como palpitaciones, tensión muscular, dificultad para respirar, dudo en el pecho/estómago etc. De ahí, controlando la respiración podemos aliviar estas sensaciones desagradables. 
  • Controla tu comportamiento. Como señalamos al inicio del presente apartado, la evitación sólo refuerza el miedo a salir. Por ello, enfrentándolo, igual que cogiendo el coche las primeras veces, irá disminuyendo y fomentará la sensación de ser capaz. Si el miedo a salir es muy intenso se puede hacer por pasos, empezando por bajar las escaleras, salir y volver a casa. La próxima vez hacemos lo mismo, pero nos quedamos afuera de la casa unos minutos. La siguiente vez podemos alejarnos 100 metros de la casa y volver. Así sucesivamente vamos recuperando la confianza y la tranquilidad estando fuera. 

Debemos de tener en cuenta que cierta cantidad de miedo a salir en este momento es adaptativa. Nos ayuda a cuidarnos, tener cuidado ya que hay una “amenaza” real con la que tenemos que coexistir, pero siendo prudentes y sensatos. Si no tenemos un respeto por el Coronavirus aumenta el riesgo de enfermar, pero si ese respeto se desborda en un miedo importante podemos enfermar de otra manera. Si ves que el miedo es superior a ti y no logras dar los primeros pasos en esta nueva realidad, sería recomendable que acudas a un psicólogo para acompañarte hacia la libertad – la libertad de miedos y la libertad de dónde vas. 

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