Aquí seguimos, tras semanas de cuarentena y de aislamiento, hay muchas cosas que han cambiado en un periodo muy corto de tiempo.  Puede ser que estés notando que los días se hacen cada vez un poco más difíciles, o por el contrario estás completamente adaptado/a y disfrutando de la cantidad de tiempo a tu disposición. El ser humano se adapta a todo, pero necesita tiempo para ello. Tuvimos que acostumbrarnos a estar en casa, y ahora tenemos que acostumbrarnos a comenzar a salir de ella.  

Son muchos los planes que hemos tenido que dejar para otro momento, como ese viaje que tanta ilusión te hacía, una boda, una fiesta de graduación, un fin de semana con amigos, pareja, familia … Es normal sentir tristeza por todas esas experiencias que nos estamos perdiendo.

Como nos estamos enfrentando a un periodo de grandes pérdidas (pérdida de libertad, de experiencias, de seres queridos…) es importante tener claras cuales son las fases del duelo para así poder identificar las emociones: 

  1. Negación: creencia que esto no está pasando y que no puede ser real. 
  2. Ira/rabia: aparece una vez nos damos cuenta que el cambio es irreversible. Dedicamos parte de nuestro día a discutir con nosotros mismos: “¿por qué a mí?”, “¿por qué está pasando esto?”, “Esto no es justo”. 
  3. Negociación: En esta fase, intentamos evitar la tristeza intentando volver en el tiempo: “¿qué hubiera sucedido si…?”, “¿si hubiera hecho…?”.
  4. Tristeza: ya somos conscientes de la realidad y que no podemos cambiarla. Esta tristeza es necesaria antes de comenzar con la aceptación. 
  5. Aceptación: hacemos las paces con la pérdida. Aceptamos que hemos perdido algo valioso para nosotros. 
¿Qué puedo hacer cuando mis hijos me dicen que se sienten tristes?

En un momento histórico como el actual, todos nos enfrentamos a pérdidas de todo tipo, por lo que es normal sentir tristeza. Los más jóvenes de la casa, también se enfrentan a esas pérdidas, como, por ejemplo, pérdida de la graduación, del viaje de estudios, los campamentos, salir a dar una vuelta con los amigos. 

Normalmente, cuando vemos que alguien no está bien, sentimos la necesidad de intentar alegrar a esa persona, cortando dicha emoción. Aunque es mucho mejor escuchar, si, simplemente escuchar. Deja que tu hijo/a o familiar comparta contigo como se siente. No sientas miedo ante esa emoción. 

A continuación os dejamos algunas frases que no son recomendables decir cuando alguien se siente triste: “no estés triste”, “todo saldrá bien”, “todo el mundo está igual”, “no te enfades por algo así”, “no pienses esas cosas”, “es una tontería”, “así no vas a conseguir nada”. 

Por otro lado, ¿qué ayuda a una buena gestión de la emoción? Un abrazo, una caricia, la escucha activa, empatía y, frases del tipo: “te escucho”, “te entiendo”, “lamento que estés triste”, “¿qué es lo que más echas de menos?” Lo más importante es no evitar el tema ni tratar de distraerlo. Deja que experimente las emociones tal cual las está sintiendo. 

¿Y qué pasa con los adultos?

No tenemos que ser fuertes o positivos siempre, eso es prácticamente imposible. Es normal que te sientas triste al estar aislado, al echar de menos a familia y amigos, tu trabajo…

Para aquellos que han perdido amigos y familiares por el virus el dolor es especialmente intenso. Es importante que te des el tiempo y espacio que necesites para sentirte triste. Intenta reconocer, no quitar o minimizar tus emociones, no temas sentir. 

Como siempre decimos, ante cualquier duda, es muy importante ponerse en contacto con un profesional. 

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