Desde el inicio del estado de alarma hemos visto una multitud de bromas (y las habremos hecho) respecto al posible aumento de divorcios que podrían producirse por la situación de aislamiento. No obstante, no tiene porque ser el caso. La convivencia en el confinamiento pone de manifiesto la salud anterior de la relación de pareja. Si gozábamos de una buena relación, es probable que esa dinámica se mantenga, mientras parejas que ya experimentaban problemas a menudo van a encontrar que esas dificultades alzan nuevas altitudes al ser más constantes.
También entra en juego el estado de ánimo individual y los recursos propios para manejar el mismo. Traemos a la relación lo que tenemos: si nuestro estado de ánimo es bajo, es probable que volquemos eso en la relación; mientras si conseguimos gestionar nuestras emociones, manteniendo cierta estabilidad emocional y buen ánimo, regamos la relación con nutrientes. Por ello, antes de cuidar a la pareja, debemos dedicarnos al autocuidado.
La cuarentena no es una situación propicia para fuegos artificiales. Nos pone a prueba día tras día con un eterno Groundhog Day. Sin embargo, podemos dejarnos llevar por el corriente del desgaste, o ir recogiendo al agua para hacer ese riego positivo en nuestras relaciones. Cosas a tener en cuenta o hacer cuando se trata de la relación amorosa:
- Crear espacios propios. Por muy pequeña que pueda ser la vivienda, es una buena idea. Intentar separar los espacios como sea para que cada uno cuente con el suyo. Así se evita asociar la pareja con un atrapamiento añadido aparte de lo que es el aislamiento en sí, y se fomenta el querer pasar tiempo juntos.
- Crear espacios significativos juntos. Durante el tiempo conjunto en pareja se pueden intentar diferentes tipos de espacios, desde hacer deporte juntos o tener un momento designado a hablar. Es fácil entrar en un vacío ya que no contamos con la estimulación habitual y las charlas no fluyen de forma natural como suele ser. No obstante, se pueden compartir pensamientos y emociones respecto al ahora, recorrer recuerdos, pensar en proyectos inmediatos o futuros, por ejemplo.
- Mantener rutinas de higiene, cuidarnos físicamente y nuestra apariencia. Nadie reboza de sex appeal llevando el mismo pijama de ayer, anteayer… Mantenernos activos, cuidando nuestra alimentación y nuestro aspecto es positivo para nuestro bienestar y salud mental. Además, a la gran mayoría le resulta más atrayente una persona activa que una que está tirada en el sofá con el móvil y viendo la televisión todo el día.
- Tener detalles con el otro. Los gestos y los detalles suelen ser agradecidos. En este medio cuando los días confluyen en un día largo con luz y oscuridad, los gestos cobran una dimensión nueva. Así la otra persona se siente vista y apreciada, propiciando positividad entre ambos.
- Repartir tareas. Compartir responsabilidades en el hogar resulta importante para que no recaigan en uno de los dos, lo cual llevará a fricción. Ayudarse mutuamente es apoyarse mutuamente.
- Mantener romanticismo. Aparte de los gestos y detalles que podamos tener el uno con el otro, mantener las dinámicas que permiten celebrar la relación son igualmente importantes. Por ello, tener noche de cita puede ser una buena idea. Podéis vestiros un poco mejor, encender velas, daros un baño, cocinar juntos y comer algo especial (¡no delante de la tele!), podéis jugar a algún juego, escuchar música o quizá habéis guardado una película que os hace ilusión especial ver. Hay que salir de nuestras ideas habituales de cómo deben de ser las cosas y redefinirlas, adaptadas a las circunstancias actuales.
“Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección.”
Antoine de Saint-Exupéry
Para los que sienten que su relación se tambalea en el aislamiento y no terminan de encontrar un rumbo, siempre está la opción de terapia de pareja online.
Somos todos diferentes y en consonancia nuestra manera de sobrellevar la cuarentena va a diferenciarse. En algunos la sensación de soledad se expande y resulta más tangible que nunca, llevando a tristeza y un estado de ánimo bajo. Otros pueden sentir la soledad, pero en vez de llevarles a la tristeza, lleva a las apps de citas que han tenido un aumento significativo del nivel de actividad en las últimas semanas. Como parece que vamos a convivir con el COVID-19 y las restricciones consiguientes durante un tiempo prolongado, de la misma manera que las parejas tienen que adaptarse, la manera de conocernos y encontrar pareja se está redefiniendo. Si las aplicaciones de citas han tenido cierto estigma, el coronavirus está aplastándolo. Las apps se están convirtiendo en los nuevos bares y discotecas, pero con un tinte bastante más positivo.
El distanciamiento social implica que las personas que se van conociendo no puedan ir corriendo a una cita para conocerse en persona. Por ello, pasan más tiempo hablando y profundizando y el encuentro físico y posiblemente sexual se retrasa en el tiempo. De esta manera el físico y la superficialidad está siendo substituido por algo más profundo, quizá más llevadero.
Obviamente, con ese aumento en actividad, las aplicaciones se animan a nivel creativo apostando por medios como añadiendo videollamadas y creando espacios semejantes a los que encontramos fuera en el mundo virtual. Así los escenarios van cobrando más dimensiones y puntos en común.
Como en toda crisis, evolucionamos de forma más rápida, a menudo en la dirección que ya se estaba cogiendo, simplemente con más velocidad. Por ello, las relaciones que acaban en la cuarentena, probablemente habrían terminado viviendo nuestra normalidad, pero más adelante en el tiempo. La evolución que vemos con las aplicaciones de citas seguramente habría llegado, con el tiempo. Asimismo, las parejas que han sabido manejar con fuerzas unidas la cuarentena, pueden llegar a unirse en otro plano. Y las parejas que se han conocido en circunstancias que nos alejan, se acercan más que nunca, quizá se sostengan en una base más sana. Por lo tanto, del coronavirus pueden surgir muchas cosas positivas, quizá parejas más sólidas y duraderas sea una de ellas.