¿Cómo manejar la Alta Sensibilidad?
¡Hay muchas cosas que las PAS puedan hacer para mejorar su calidad de vida!
De esta manera puede minimizar las consecuencias negativas del rasgo (todos los rasgos, como todo en la vida viene con ventajas y desventajas), y disfrutar plenamente de todo lo bueno que trae consigo ser una PAS (lo cual vamos a tratar más adelante).
1. Conocerse a sí mismo, el rasgo, y darse el permiso y derecho de emocionarse y sentirse como se siente. Aunque los demás no siempre entiendan, las PAS necesitan tener esa empatía consigo mismo. Ser una PAS no es nada negativo, simplemente una manera más de ser, sólo que la mayoría desconoce su existencia y por ello no lo entiende. No obstante, si las PAS aceptan su rasgo, los demás también lo harán con mayor facilidad.
2. Reestructurar/resignificar y sanar el pasado. Hasta conocer la existencia de este rasgo, como hemos ido explicando, las PAS han sido tratados como demasiado sensibles y reactivos. Los “fracasos” en el pasado frecuentemente se deben al dicho desconocimiento, si podemos volver a esos eventos en el pasado, pasarlos por el filtro de las características de las PAS, podemos entender los hechos de una manera muy distinta, dando un significado nuevo a esos eventos vitales. Para ejemplificar, muchas PAS han sido entendidos como introvertidos y tratados como tal por su necesidad de retirada y no sobrellevar bien ciertos ambientes y eventos, y simplemente no es el caso. Por ello, muchas PAS han interiorizado que son introvertidos y empiezan a comportarse como tal, cuando en realidad pueden ser perfectamente personas extrovertidas.
3. Una vida simple y más pausada. El aceptar tener un sistema nervioso más activado conlleva aceptar que el estilo de vida debe de ir acorde con las necesidades de las PAS. Asimismo, mantener una rutina, moderar bebidas excitantes (como el café, la coca-cola etc.), tener unos hábitos deportivos (puede descargar la tensión producida por la sobre-estimulación), guardar un buen ciclo sueño-vigilia y practicar la relajación/respiración profunda/meditación/mindfulness (atención plena que permite fomentar las ventajas de ser una PAS, mejorar la concentración y el foco sin que lo que rodee tenga demasiada influencia) puede resultar muy beneficioso.
4. Tiempo para adaptarse a cambios. Los cambios implican muchos estímulos e información nueva a la vez, dejando la PAS en un estado de caos mental. Para procesar la información necesitan más tiempo. El que no conoce su característica de personalidad frecuentemente piensa en sí mismo como menos resistente, no suficientemente bueno. Sin embargo, es fácil pensar eso si no se entiende que la PAS ha recibido muchísimos más datos que los demás. Por tanto, es lógico y necesario para la PAS tomarse su tiempo, y ¡está bien!
5. Tener un ambiente tranquilo, un espacio sagrado, de desconexión para recuperarse tras un día entretenido. Igual que en el punto anterior, si una persona recibe mucha información que necesita procesar, lo suyo es hacerlo en un ambiente que lo permita y que aporte mínima información nueva.
6. Aprender a decir no. La dificultad de negar la petición ajena implica ponerse en riesgo de sobrecargarse más todavía. Además, sentir la presión de decir no puede conllevar sentimientos negativos tanto hacia la otra persona como a uno mismo. Por ello, trabajar la asertividad es un acto de auto-cuidado que permite equilibrar las emociones, mantener un buen autoconcepto y autoestima, además de mantener relaciones más sanas.
7. Contactar con otras PAS. Si la persona altamente sensible no encuentra a nadie en el entorno con manifestaciones del rasgo, hoy día gozamos de poder conectar con quién sea, dónde sea a través del Internet. Conocer personas semejantes, poder hablar sobre cómo se sienten con alguien comprende (al opuesto a los que no, que creen que las PAS son raras) puede permitir normalizar lo que les ocurre, validar sus emociones, y descargar negatividad y sobrecarga del ambiente o del círculo social.
Hasta ahora nos hemos centrado en las implicaciones incómodas que conlleva ser una PAS. ¡Pero las ventajas son infinitas! Al igual que las PAS reciben información negativa intensamente, no hay límites a cómo pueden disfrutar de los pequeños detalles (¡y los grandes!), los que otros ni ven. Pueden apreciar matices en una pintura, una canción, en el cielo o un atardecer, en una conversación, la comida y hasta la textura de una tela, con una capacidad de disfrute mayor que otros, hasta el punto de incluso emocionarse por estos detalles.
Debido a su desarrollada empatía pueden establecer relaciones de cercanía, confianza e intimidad. Son, además, personas profundas que reflexionan sobre temas como el sentido de la vida y por ello pueden ser una excelente compañía, proporcionando unas conversaciones realmente interesantes. Asimismo, pueden ser personas referentes que inspiren y escuchen a quienes los rodean.
Las personas altamente sensibles a menudo tienen una capacidad observadora fuera de serie. Además, siendo perfeccionistas y autoexigentes pueden realizar tareas que requieran extremo cuidado, reflexión y un pensamiento profundo.
Al ser muy sensibles al arte muchas personas altamente sensibles pueden producir unas obras artísticas, musicales o literarias extraordinarias. De hecho, dentro del mundo artístico hay una mayor representación de PAS que en otras profesiones.
Yo soy psicóloga y una persona altamente sensible. Como psicóloga me proporciona infinitas ventajas. La ventaja que más gozo es cuando un paciente entra por la puerta y noto en su cara (a veces el color o la textura de su piel, la claridad de sus ojos, en su aire, su tono de voz, y a veces ni sé el qué) que hay un cambio en la persona, que el trabajo terapéutico ha producido su efecto. Esos días salgo de la consulta con una gran sonrisa, ver esa persona más ligera, más equilibrada y más libre, es más que suficiente para que sea un día maravilloso. Igualmente, mi sensibilidad me permite adentrarme en las vivencias de los que acuden a mí, y comprenderles desde lo más profundo. Obviamente, no permito que mi sensibilidad y mis percepciones guíen el trabajo que realizo ya que la intuición no es científica, pero sí un complemento.
Una amiga muy cercana una vez me describió como alguien con luces y sombras. He tenido que dominar mis sombras, para dar mayor lugar a la luz. Y cuando brilla la luz, ¡resplandece todo!