La Inteligencia Emocional
Desde hace tiempo el término inteligencia emocional está en auge. Cada vez se escucha más y tiene más relevancia, a menudo más que lo que entendemos habitualmente por inteligencia (la clase de motor que tenemos por cerebro y la cantidad de información que pueda manejar y cómo). Como psicólogos hay veces que vemos que no todos los que emplean el constructo entienden realmente las implicaciones de la inteligencia emocional.
Se refiere a la capacidad de procesar la información emocional. En términos concretos implica varios pasos:
Esto ocurre en dos niveles:
- A nivel intrapersonal, es decir, dentro de uno mismo – reconocer, etiquetar y gestionar las emociones
- A nivel interpersonal (entre personas), el mismo proceso llevado a cabo con las emocionesde otras personas.
Los beneficios de la inteligencia emocional son muchos, entre ellos:
- Si tenemos consciencia y entendemos nuestras propias emociones tendremos más claridad y mayor consonancia entre razón-corazón, y por ello, nos ahorramos la confusión y frustración con respecto a nosotros mismos.
- El entendimiento de las emociones facilita el manejo de las mismas, y así, un mayor control sobre nuestra vida emocional. Por ello, nos protege del estrés, reduce ansiedad y riesgo de depresión, o en el caso de caer en depresión puede ayudar a superarla.
- De la misma manera, la inteligencia emocional nos ayuda a entender y empatizar con otros, permitiéndonos gestionar emociones ajenas, pero también, a tener más paciencia y tolerancia con los demás en diversos contextos como el familiar, laboral o social.
- La inteligencia emocional favorece las relaciones interpersonales saludables y nos enriquece a nivel de desarrollo personal.
- La toma de decisiones mejora cuanta más inteligencia emocional posea una persona, al contar con mayor cantidad de información respecto a uno mismo y otros. De ahí, también otorga capacidad de influencia y liderazgo.
- El equilibrio emocional ayuda a dormir bien.
En pocas palabras se puede decir que la inteligencia emocional permite vivir en mayor paz y armonía. ¿Quién se apunta?
Como hemos visto antes, la inteligencia emocional de una persona embarca tanto a uno mismo (intrapersonal) como los demás (interpersonal). Por lo tanto, estas dos dimensiones cruzadas con los sentimientos y el comportamiento propio y ajeno resultan en las siguientes habilidades:
Las habilidades son capacidades que se puedan desarrollar, y por tanto mejorar la inteligencia emocional.
La autoconsciencia implica observar y prestar atención a uno mismo, en este caso para detectar las emociones que experimentamos. A veces, curiosamente, pasa desapercibido lo que realmente estamos sintiendo. Puede pasar por varias razones, por ejemplo, porque estamos más centrados en lo que ocurre fuera de nosotros, o por racionalizar la emoción diciéndonos que no es para tanto, que la emoción no corresponde al escenario. No obstante, si en vez de minimizar o poner en juicio lo que estamos sintiendo, permitimos y aceptamos esa emoción, podemos tener más consciencia sobre nosotros mismos.
Una manera de detectar emociones es escuchando al cuerpo. Las emociones en la mayoría de los casos inician una respuesta fisiológica, es decir, tiene manifestaciones corporales. Estas son más tangibles y por tanto más fáciles para identificar. De esta manera, y para ejemplificar, la ansiedad puede dar lugar a respiración corta, palpitaciones, rubor y sudoración, presión en el pecho o en el estómago, tensión muscular y temblores. Habiendo una reacción en nuestro cuerpo podemos retroceder y preguntarnos que hemos sentido para que se desencadenara dicha reacción.
Una vez identificada la emoción podemos dar otro paso para atrás, ¿qué hemos pensado que dio lugar a la emoción?nuestra interpretación, entendimiento o percepción de lo que ha ocurrido. La cadena es: un pensamiento da lugar a una emoción que da lugar a la respuesta fisiológica y resulta últimamente en un comportamiento en consonancia con los eventos anteriores. Sabiendo cuál ha sido nuestra percepción a nivel cognitivo (pensamiento) podemos entender y poner una etiqueta. Por tanto, podemos desarrollar los dos primeros pasos de la inteligencia emocional (identificación y comprensión de las mismas) a través de estos ejercicios descritos.
Otro ejercicio podría ser dedicar un ratito diario a recopilar las emociones que hemos vivido a lo largo del día en un diario emocional. Esto también permite revisar nuestro estado emocional actual ya que la acumulación de emociones da lugar a cómo estamos, y no siempre una sola emoción. Asimismo, la relajación o lo meditación pueden favorecer el estar en contacto con nosotros mismos al parar un momento.
El autocontrol conlleva el control de los pensamientos y los comportamientos. Anteriormente hemos descrito cómo llegar a nuestra percepción. Desde ahí podemos trabajar esos pensamientos. A menudo nos afirmamos en una creencia y la tratamos como una verdad. No obstante, cada escenario puede ser entendido de muchas maneras. Por ejemplo, si alguien dice algo y entendemos que nos está ofendiendo, lo lógico es que reaccionemos ante dicha ofensa. Sin embargo, si podemos buscar diferentes formas de interpretar la reacción de esa persona, por ejemplo: esa persona tiene un mal día o su manera de hablar es diferente a la mía, nuestro impulso a responder y reaccionar se verá disminuida. De esta manera podemos controlar nuestro comportamiento. Por otro lado, podemos elegir cómo manejar las cosas, y si realmente nos está ofendiendo una persona, igualmente podemos elegir si entrar en el juego o detenernos, alejarnos o emplear la asertividad (decir lo que pensamos respetándonos a nosotros mismos y al otro).
Si tienes interés en aprender cómo mejorar tu empatía, recomendamos el siguiente artículo en el que se describe detalladamente cómo desarrollarla. https://www.alaepsicologos.com/la-empatia/
Las habilidades sociales son un conjunto de conductas que nos permiten interactuar con otros de una forma eficaz y satisfactoria.
Algunos ejemplos de habilidades sociales básicas son:
- Saludar/presentarse
- Iniciar una conversación
- Hacer preguntas
- Dar las gracias.
Entre las habilidades sociales complejas entran:
- La empatía
- La asertividad
- Pedir ayuda
- Negociar soluciones ante un problema
- La capacidad de convencer (lo cual no implica manipular).
A través del desarrollo de las habilidades sociales podemos influir sobre la conducta ajena y regularla. Asimismo, si somos agresivos en respuesta a una ofensa, es probable que la otra persona se vuelva más ofensiva todavía, mientras que la asertividad permite una forma de influenciar más positiva. Para mejorar nuestras habilidades sociales debemos empezar por las básicas que son necesarias para poder practicar las complejas. Dentro de poco iremos ampliando el tema de las habilidades sociales en otra entrada de blog, cómo mejorarlas ya que se trata de una habilidad que pueda mejorar nuestro bienestar general de forma importante.