Ansiedad y Covid-19

Ansiedad y Covid-19

Es fácil confundir ansiedad con algunos síntomas del COVID-19

En la situación actual que nos encontramos, en aislamiento, los casos de ansiedad van en aumento como es de esperar. Esto no solamente ocurre en personas con un historial de ansiedad, sino se que propaga en toda la población. Ciertamente hay individuos que son más vulnerables a experimentar ansiedad y pueden llegar a niveles muy intensos, desembocando en ataques de pánico.

Las personas que ya han sido diagnosticados con un cuadro ansioso son los más vulnerables, como por ejemplo:

  • Personas con hipocondría. Habitualmente manifiestan una preocupación y ansiedad por caer enfermos, lo cual lleva a hipervigilancia del cuerpo y posibles síntomas. Y quien busca encuentra, ya que si prestamos excesiva atención a nuestro cuerpo vamos a descubrir cosas que normalmente pasan desapercibidas. Esto conlleva un aumento en la ansiedad. Los síntomas encontrados luego son investigados, a menudo empleando a Google, que rara vez aporta información tranquilizadora. Esto conlleva niveles más altos de ansiedad y además justifica mantener la conducta de hipervigilancia, y así se establece el círculo vicioso. El hilo conductor en el círculo, por tanto, es la ansiedad. Ahora aparece un Coronavirus que arrasa por todo el mundo. A diario aparecen cifras devastadoras, lo cual desestabiliza a muchos, y más a los que ya se preocupan por su salud en exceso, dando una razón válida para vigilar a su cuerpo en búsqueda de cualquier síntoma del COVID-19, además de todas las otras enfermedades posibles.

  • Personas con TAG, trastorno de ansiedad generalizada. Como su propio nombre indica, se caracteriza por preocupación y ansiedad sobre aspectos del día a día como pueden ser la familia, la economía, amigos, la salud y el futuro. Estas preocupaciones son excesivas y poco racionales. No obstante, ahora nos encontramos en un escenario que propulsa preocupaciones que son reales y racionales. Es lógico preocuparse por aspectos financieros, por cómo están tus seres queridos, por la salud propia y ajena. De ahí, la preocupación en personas con TAG se eleva por estas circunstancias que la propician, y por ello los niveles de ansiedad siguen la misma línea. 

  • Personas que sufren el trastorno obsesivo-compulsivo. Igual que en los anteriores cuadros, la base del TOC es la preocupación obsesiva y ansiedad que la persona intenta controlar y, por tanto, reducir la ansiedad mediante rituales. Un ejemplo de una obsesión puede ser que le pase algo a los seres queridos de dicha persona, y para evitar que eso pase tiene que colocar cosas en cierto orden, rezar de cierta manera, contar números o evitar algunos números… La mente humana es muy creativa y eso se manifiesta en rituales a veces muy elaborados. Una de las obsesiones más comunes se relaciona con suciedad, bacterias y virus. Para su eliminación, como es lógico, la persona procede a mantener una higiene escrupulosa, como por ejemplo lavar las manos con lejía con una altísima frecuencia. La aparición del Coronavirus de repente hace todo este proceso mucho más racional que habitualmente, ahora se nos pide que nos lavemos las manos a menudo y además echándole ganas. Esto puede llevar el TOC a un nivel nuevo y no termina necesariamente cuando por fin acabemos con el virus.
Síntomas de ansiedad que se pueden asemejar a síntomas del COVID-19

Como se indicó al principio del presente artículo, todos somos más susceptibles a sentir ansiedad en este momento, algunos más que otros. Niveles muy altos de ansiedad pueden llevar a un ataque de pánico/ataque de ansiedad. Algunos síntomas de ansiedad pueden ser:

  • Sensación de asfixia o ahogo, dificultad de respirar
  • Taquicardia y palpitaciones
  • Molestia o dolor en el pecho
  • Sudoración, sofocos o escalofríos
  • Temblores y sacudidas
  • Mareo o sensación de desmayo
  • Miedo a morir o a perder el control
  • Náuseas o malestar del estómago
  • Sensación de irrealidad y desconexión

Unos de los síntomas que más se han comentado en el caso del COVID-19 es la dificultad de respirar, tos seca y fiebre. Estando ya preocupados y ansiosos por la situación actual, y posiblemente experimentando algunos de los síntomas ansiosos, no queda muy lejos confundir la dificultad respiratoria o presión en el pecho con la que se sufre cuando el Coronavirus se ha instalado en el cuerpo. Asimismo, el calor y los sofocos que viene con la ansiedad puede interpretarse como fiebre. Si se lleva a cabo esta interpretación de los síntomas, los mismos irán en aumento e intensificarse, ya que la perspectiva de padecer el Coronavirus haría cualquiera sentirse ansioso.

Cómo controlar los síntomas ansiosos

La ansiedad aparece como una respuesta ante algo que produce miedo. Aparece en diferentes niveles: fisiológico (lo que sentimos en el cuerpo), cognitivo (lo que pensamos) y motor (las acciones que llevamos a cabo).

La ansiedad cognitiva aparece cuando tenemos pensamientos que producen miedo. Pensar que tenemos Coronavirus puede producir miedo y ansiedad en cualquier persona. No obstante, debemos de evaluar si ese pensamiento tiene razón de ser, cómo es de real ese pensamiento y cuál es la probabilidad. Podemos estimar en un porcentaje hasta qué punto pensamos que nos creemos ese pensamiento. También podemos hacer un listado enumerando las razones por las que el pensamiento es certero o razones por las que no.

La ansiedad fisiológica aparece como consecuencia de una respiración entrecortada o la hiperventilación, lo cual posteriormente acarrea los demás síntomas descritos. Por ejemplo, la taquicardia es una consecuencia directa de la hiperventilación. Por ello, el primer paso es controlar la respiración, respirando de forma lenta y profunda. Por Internet podemos encontrar muchos videos y audios que nos ayudan a relajarnos y respirar de forma adecuada.

La ansiedad motora se manifiesta en las conductas que realizamos. Podemos dirigirnos a Google y buscar información, pero no es un muy buen médico, y sobreinformarse puede llevar a más ansiedad. Podemos meternos en la cama y seguir preocupándonos, convenciéndonos de que efectivamente hemos pillado el Coronavirus, intensificando así los síntomas. Por tanto, si no estamos seguros, el tiempo nos dará respuestas y damos los pasos necesarios en consonancia.

Independientemente, siempre nos veremos favorecidos por tomar las cosas con calma, y en el caso necesario consultar con un profesional, sea un médico, sea un psicólogo.

Confinamiento como oportunidad

Confinamiento como oportunidad

El confinamiento – ¿una oportunidad?

Llevamos ya un tiempo viviendo con restricciones a nivel de movimiento, una situación para muchos muy surrealista y difícil de asumir. Muchos psicólogos, nosotros incluidos, nos hemos dispuesto corriendo a facilitar pautas que puedan aligerar el aislamiento, pero desde un enfoque paliativo, intentando minimizar el malestar resultante de una situación desagradable y no deseable. No obstante, como todo, hasta el confinamiento tiene diferentes perspectivas y dimensiones.

Por muy sorprendente que pueda resultar, están los que viven la cuarentena como un suceso positivo a nivel personal. Debemos recalcar que a nivel colectivo el Coronavirus obviamente produce estragos devastadores: muchos fallecimientos, más enfermos, problemas económicos y las consecuentes preocupaciones, por mencionar algunos. De ninguna manera pretendemos minimizar estos efectos del COVID-19. No obstante, separando factores, aislando lo que es el confinamiento en sí en este artículo, el aislamiento no tiene porqué ser algo necesariamente desagradable, o desagradable en su totalidad.

Libertad en la no libertad

El Coronavirus y el aislamiento ofrecen un parón en nuestras vidas. Un parón en sí es algo neutro, ni bueno ni malo. En este caso es habitual que veamos este parón como una limitación, limitación de nuestra libertad. No obstante, ¿nuestra vida habitual permite más libertad? Y, ¿cómo definimos libertad?

 ¿Cuántos hemos pedido tener todo el tiempo en el mundo? ¿Cuántos hemos deseado tener más tiempo para lo que queremos hacer y menos para lo que debemos hacer? Pues, quizá si vemos la cuarentena como una oportunidad de manejar nuestro tiempo más en consonancia con como quisiéramos, podamos encontrar otro tipo de libertad, separándolo de la necesidad de movimiento.

Hay que tener en cuenta que, a pesar de la incertidumbre actual, no tenemos ni idea de cómo va a evolucionar el Coronavirus, lo que sí podemos afirmar es que acabaremos con él, tarde más o tarde menos. Frecuentemente la manera en la que pensamos respecto a nuestras vidas habituales es como podamos ver una relación tras una ruptura: idealizada y sin tener en cuenta lo que no andaba bien entre ambos. Muchos se imaginan el momento cuando empezamos a saborear la “normalidad” como algo maravilloso y no pueden esperar a que llegue. Sin embargo, lo que llegará es lo que había antes, la rutina, las obligaciones: levantarse temprano para llevar los niños al colegio, volver al trabajo o los estudios, correr para hacer la compra e ir a casa para cocinar etc. También llegará el poder pasear, salir a comer y reunirnos con nuestras amistades. Hay que tener en cuenta todo el escenario.

Sabiendo entonces que en algún momento volverá la vida tal como la conocemos, ¿qué te gustaría ver mirando hacia atrás de este momento tan destacado en nuestras vidas? Personalmente quisiera recordar tranquilidad y relajación, un ritmo diferente, nada de correr. Quiero introspección, conexión con familia y amigos, hacer lo que nunca busco tiempo para hacer (lecturas placenteras, baños calientes, pintura, escritura o no hacer absolutamente nada), poder hacer una actividad que normalmente guardaría para el fin de semana un miércoles (como una película en familia). Mi meta es fluir, aprovechar y disfrutar lo que mi “otra vida” no me permite o dificulta. No tengo intención de ser especialmente productiva, ya tendré tiempo para producir y rendir, para eso siempre habrá tiempo. Creo que parte de mi echará de menos la cuarentena y recordaré muchos momentos con cariño y añoranza, y también recordaré que hubo momentos que eran un auténtico coñazo. Quiero vivir esta experiencia y ver dónde me lleva, quizá a ningún lugar, quizá sólo queda en una pausa, o quizá algo más.

Pandemia y La Ansiedad

Pandemia y La Ansiedad

Pandemia: como el miedo se puede convertir en pánico y como protegernos

Es completamente normal que tanto niños como adultos, experimenten miedo o incertidumbre durante los eventos estresantes causados por la pandemia a nivel mundial del corona virus.

El miedo es una emoción muy útil y poderosa. Es la emoción que nos protege del peligro. Hoy en día, muchos de los peligros, no dependen de nuestras experiencias. Muchos de esos peligros los aprendemos a través de las noticias, de los mensajes que circulan por redes sociales…que en muchas ocasiones son exagerados y sacados de contexto. Como resultado de esto, el miedo se vuelve exagerado, si se compara con la posibilidad de peligro real. En estos casos, el miedo se traduce en pánico.  

El miedo, normalmente, aparece ante fenómenos desconocidos, raros y nuevos, y el COVID 19 tiene precisamente estas características.

Para evitar la difusión de temores desproporcionados, que pueden dar lugar a diferentes formas de ansiedad individual y pánico colectivo, proponemos algunas conclusiones clave que pueden servir de ayuda, para evitar los posibles errores, tanto de exageración como de minusvaloración del problema.

  • Si el pánico se vuelve colectivo, mucha gente sentirá ansiedad y querrán actuar para reducir esa ansiedad. Esto puede dar lugar a estrés y a un comportamiento irracional e improductivo.
  • Cuanta más gente entre en pánico, menos atención se prestará a los datos objetivos. Y como consecuencia, la capacidad de tomar decisiones puede debilitarse.
  • En términos generales, cuando hay muchas emociones, estas impiden un razonamiento correcto y dificultan la capacidad de ver las cosas desde una perspectiva correcta y amplia.
  • Es difícil contrarrestar las emociones con un razonamiento racional, pero debemos tratar de confiar en datos objetivos. La regla fundamental es equilibrar el miedo percibido y el riesgo real.
  • Nos preocupa nuestra salud y la de nuestros seres queridos. Por esto, tratamos de ver a las personas que nos importan como invulnerables. Sin embargo, la búsqueda de la invulnerabilidad es contraproducente, ya que nos hace sentir demasiado miedo. Además, somos incapaces de enfrentar desafíos futuros porque nos centramos demasiado en nosotros mismos.
Algunas buenas prácticas para enfrentarse al coronavirus:
  1. Evitar la búsqueda compulsiva de información. Como ya hemos visto, es normal y funcional sentir miedo ante una situación de riesgo nueva. Sentir ansiedad, buscar seguridad e información continuamente es normal y entendible durante estos días.
  2. Como ya hemos dicho en entradas anteriores, buscar fuentes de información fiables.

A continuación, proponemos algunos ejercicios para hacer frente a la ansiedad durante la pandemia de coronavirus:

  1. Acepta que es normal sentir estrés ahora. No te juzgues.

Unos de los primeros pasos para hacer frente a la ansiedad, es reconocer que es una respuesta normal y válida de mi cuerpo. Si interpretas la ansiedad como un mecanismo psicológico de defensa de tu organismo, puedes llegar a sentir menos miedo. El estrés viene a decirnos que necesitamos ajustar algo. El estrés es incómodo, y nuestra intención siempre es quitarlo. En lugar de luchar para eliminarlo vamos a intentar reconocerlo y manejarlo. Para eso es importante, no juzgarte por como te estás sintiendo o comportando, sino intentar aceptarlo. No seas tan duro/a contigo mismo/a ahora, no te juzgues por no estar bien ahora, es normal.

  1. Dedica tiempo a aprender nuevas técnicas de relajación.
  2. Haz deporte a diario.
  3. Crea tu propio mantra.
  4. Visualiza: la visualización es una técnica muy útil, que nos ayuda a prepararnos para retos importantes. La visualización consiste en experimentar a través de la imaginación cualquier situación que pudiera darse en la vida real.
  5. Mantén una rutina
  6. Habla con esa persona o personas que te hacen sentir mejor.
  7. Haz aquellas tareas que estás tratando de evitar.

Con todo lo expuesto anteriormente, queremos ayudar desde Alae Psicólogos a llevar de forma saludable el confinamiento. Ante cualquier duda, es muy importante consultar siempre con un profesional.

¿Qué hacer con niños en casa durante la crisis del Coronavirus?

¿Qué hacer con niños en casa durante la crisis del Coronavirus?

¿Qué hacer con los menores en casa durante la crisis del corona virus?

En estos días, cuando el tema del Coronavirus está en el centro de las noticias, tanto por los medios de comunicación como por las redes sociales, los niños y adolescentes corren el riesgo, al igual que los adultos, de sobreexponerse a la información, que no siempre es correcta, y que se puede convertir en una fuente de estrés para ellos.

Los niños tienen unas características evolutivas, psicológicas y emocionales que los adultos debemos tener en cuenta para entenderlos y que así ellos también nos puedan entender a nosotros.

Teniendo en cuenta la incertidumbre debido a que cada día nos enfrentamos a una situación nueva, es importante adaptar la información que trasladamos a los más pequeños.

Por lo tanto, ¿cómo podríamos explicarles a los menores lo que está sucediendo?

En primer lugar, es importante informar, para ello os puede ayudar lo siguiente:

-Preguntarle cuál es la información que saben, los temores, los miedos relacionados con el virus, para así poder trabajar toda esa información errónea que puedan haber recibido.
-Hablarles con claridad y sinceridad al explicarles la situación.
-Aclarar todas las dudas que puedan aparecer, intentando hacerlo de una forma fácil de entender y desde la calma.
-Buscar información contrastada, acudir a fuentes oficiales para informaros: OMS, Ministerio de Sanidad….

¿Qué le puedo explicar del Coronavirus?

-Al igual que en el punto anterior, es importante tener clara la información errónea que han podido escuchar o malinterpretar, y una vez identificada, corregirla.
-También, es importante que conozcan las medidas básicas, como, por ejemplo, cubrirnos la boca y nariz con el codo al estornudar o toser, utilizar pañuelos desechables y tirarlos a la basura…
-Evitar tocarnos los ojos, boca, nariz.
-Les ayudará saber que pueden contar con un adulto si se encuentran mal. Intentar transmitir serenidad y calma.
-Como sabemos que los niños aprenden más de lo que ven o imaginan que de lo que escuchan, demos ejemplo de las medidas preventivas de higiene y salud.

Como padres, ¿qué podemos hacer?

A parte de seguir con las recomendaciones anteriores:
-Proteger a los menores de la información excesiva y en la mayoría de los casos nociva a la que estamos expuestos.
-No alarmar ni estimular el miedo. La gran mayoría de las personas se están curando.
-Como hemos dicho anteriormente, los niños perciben nuestro miedo, es importante vigilar las conversaciones con otros adultos.
-Evitar que busquen información en internet. Recordar que la mayor parte de la información que hay en redes sociales, suele ser errónea.
-Mantener la calma y manejar el estrés.
-Promover el contacto virtual con los más cercanos. Dar seguridad sobre el estado de salud de los adultos de su entorno.

¿Y mientras no haya clase, qué podemos hacer tanto tiempo en casa?

Todavía no se sabe el tiempo que los menores estarán sin acudir a clase. Por ello, es importante mantener unas rutinas en casa. A continuación, desde Alae Psicólogos os dejamos algunas recomendaciones:
-Mantener los horarios familiares habituales.
-Diferenciar entre los días laborables y los fines de semana.
-Procurar un hábito de horarios, tareas y responsabilidad en base a su edad, intentando dedicar un tiempo diario a la lectura, tareas, estimulación intelectual…
-Dedicar tiempo para el juego libre, deporte, movimiento.
-Dejar tiempo para que se aburran, aquí comenzará a trabajar la imaginación.
-Intentar controlar el tiempo de uso de móviles, televisión…

Posibles respuestas a nivel emocional en los niños/as

Nadie es ajeno a la crisis del coronavirus y, por supuesto, los niños tampoco. Ellos captan las conversaciones de los padres, lo que ven en internet, lo que escuchan en la televisión, y todo esto, puede generarles incertidumbre, preocupación, angustia o estrés.

Es importante atender a sus demandas de atención, ante una situación de estrés los niños pueden reaccionar de forma diferente, algunos no se querrán despegar de sus figuras de apego, otros estarán más nerviosos, enfadados, tristes, retraídos…se recomienda atender a sus necesidades de una forma más habitual que lo normal. Es importante escucharlos.

Hay que ser comprensivos en estos momentos con ellos, es fundamental proteger su bienestar emocional. Para esto ayuda buscar momentos/espacios de relajación, el juego es un gran aliado.

¿Qué hacer con los niños y niñas en casa durante la crisis del corona virus?

La emergencia del corona virus ha dejado a todos los niños/as y adolescentes de nuestro país en casa, y no es nada fácil para los padres ocupados en el teletrabajo o sin teletrabajo mantenerlos ocupados durante todo el día. No hay clases y los programas de aprendizaje a distancia propuestos por los profesores, lógicamente, no ocupan el día entero.
Desde Alae Psicólogos hemos querido hacer un resumen de todas aquellas propuestas que nos han parecido interesantes:

-La iniciativa de pintar un arcoíris en las ventanas: es una iniciativa que comenzó en Milán, donde se pidió a las familias que dibujaran junto a los niños/as un arcoíris con la frase “todo irá bien” para ponerlo en las ventanas, terrazas y/o balcones. Con esta propuesta se quiere lanzar una ola de positividad. Los niños se divertirán compartiendo su tiempo y dibujando junto a sus padres. El lema de esta idea es “dar color a esta situación gris”.
-AMCO: permite el acceso a juegos de matemáticas y lengua de su app Eduzland gratis por un tiempo limitado: http://amconews.es/eduzland/
-Crear algo para el día del padre, al igual que se haría en el colegio. Hay numerosos blogs que dan ideas para ello.
-Juegos y canciones para aprender inglés.
-Ver documentales.
-Movimiento: Yoga y actividad física.
-Visitar un museo desde casa.
-Cocinar.
-Esta página ofrece acceso gratuito hasta julio a esta plataforma para el fomento de la lectura. Ta-tum: http://bit.ly/Edelvives_Tatum.
-Visitar algún museo desde casa.

Con estas ideas y recomendaciones desde Alae Psicólogos queremos colaborar en hacer el día a día un poco mejor.

#todoirabien #quedateencasa

Coronavirus

Coronavirus

El temido Coronavirus – como manejarlo psicológicamente

En las últimas semanas nos hemos visto inundados por información respecto al Coronavirus, produciendo un rango de emociones y sentimientos en la población: preocupación, miedo, angustia e histeria. El Miedo en ciertas medidas es adaptativo, ya que nos estamos enfrentando a algo desconocido que produce incertidumbre. Sin embargo, también hay personas que se lo toman a la ligera, incluso sin darle mayor importancia. Como casi siempre, el camino medio es el más adecuado, habiendo un equilibrio emocional que permite convivir con el COVID-19 ya que posiblemente estará con nosotros durante un tiempo prolongado.

Cómo afrontar psicológicamente y emocionalmente el Coronavirus

1.- Información.

Primeramente, necesitamos entender a qué nos enfrentamos. Para ello debemos dirigirnos a fuentes de información de confianza. Lamentablemente, muchos confían en la información aportada por las redes sociales y medios semejantes que contienen información no contrastada, desembocando en emociones que no corresponden al escenario real al que nos enfrentamos. Algunos ejemplos de fuentes que permiten informarse de manera objetiva pueden ser las siguientes:

  • La Organización Mundial de Salud (OMS):

https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019

  • El Misterio de Sanidad:

https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/home.htm

Además, debemos dedicar un tiempo adecuado a investigar sobre el Coronavirus. Muchos piensan que si están al tanto constantemente, están mejor informados y preparados, lo cual no es el caso. Si nos inundamos de información, podemos provocar un estado emocional alterado, aumentando una sensación alarmista. A través de nuestro comportamiento comunicamos a nuestro cerebro que es lo que debemos de hacer porque es muy grave. De la misma manera, no debemos monopolizar nuestras conversaciones con los demás con el COVID-19, para no crear una sensación de mayor riesgo que el real, que puede producir ansiedad, miedo y angustia desmedida. Sin embargo, si estamos luchando con emociones ansiosas, puede ser positivo compartir con otros nuestra experiencia con el fin de intentar disminuir la angustia.

2.- Basar nuestros pensamientos en la información.

Es fácil entrar en pensamientos catastrofistas respecto al Coronavirus y sus repercusiones. No obstante, si tenemos en cuenta esa información contrastada que hemos buscado, sabemos que es una situación que trae consigo respeto, pero no necesariamente miedo, según nuestro grupo de riesgo. Por ello, debemos controlar nuestros pensamientos, cuestionarlos y dirigirlos a los hechos: no es una enfermedad más grave que la gripe y la mayoría de nosotros estaremos bien incluso si nos infectamos. Asimismo, debemos intentar evitar pensar en el COVID-19 constantemente, ya que puede aumentar el malestar emocional.

Sin embargo, hay muchas personas cuyos miedos se relacionan con las consecuencias de enfermar del Coronavirus, como el tener que entrar en cuarentena o aislamiento, y lo que conlleva a nivel práctico y económico. Estas son preocupaciones reales que podemos manejar preocupándonos y rumiando, u ocupándonos y preparándonos, lo cual nos lleva al siguiente punto.

3.- Basar nuestro comportamiento en la información.

Obviamente el primer paso es seguir las recomendaciones que conocemos todos, y mantener una normalidad hasta el punto que se pueda. Pero si vamos más allá, la mayoría de nosotros hemos visto videos y fotos sobre la histeria respecto a la preparación, entre ello, el amontonar papel higiénico en nuestros hogares. Algunos se ríen, otros corren a la tienda, y muchos compran por si acaso ya que los demás lo hacen. De nuevo, el camino medio ofrece equilibrio. Existe un riesgo real de contagio y prepararse para ello está bien, pero no como si fuera prepararse para la guerra. Por ello, podemos plantear nuestra preocupación al responsable en el trabajo, y qué medidas se tomará, cómo será si el Coronavirus llega a nuestro ambiente laboral. Podemos planificar cómo manejar la cuarentena, qué haremos y podemos mirar qué necesitaríamos para esos días, sin entrar en compras de pánico.

Qué hacer si tienes el Coronavirus y cómo manejar el aislamiento

Si llegas a estar afectado por el COVID-19 y tienes que entrar en cuarentena, estamos ante un escenario estresante que puede provocar aburrimiento, ansiedad, soledad, irritación o miedo, desesperanza y frustración. Es más, estas emociones y sensaciones pueden mantenerse un tiempo una vez acabado el aislamiento. Si este es tu caso recomendamos mantener una rutina en el hogar hasta el punto que sea posible:

  • Tener un horario en el que nos levantamos, cuidando el ciclo sueño-vigilia.
  • Hacer ejercicio y ejercicios de relajación que fomentan el bienestar psicológico y emocional.
  • Cuidar la alimentación.
  • Continuar nuestra actividad laboral o realizar proyectos o semejante que tengamos pendientes si podemos.
  • Mantener relaciones sociales a través de Internet para minimizar la sensación de soledad y aburrimiento.
  • Tener los hábitos de higiene habituales (no andar en pijamas todo el día o saltarse una ducha).
Si el Coronavirus llega a Alae Psicólogos

En Alae Psicólogos seguimos las recomendaciones facilitadas. Durante el brote evitamos el contacto físico con quienes acuden a nosotros para proteger tanto a vosotros como a nosotros. Mantenemos una limpieza adecuada y hay geles alcohólicos disponibles para quienes desean usarlos. Si algún miembro de nuestro equipo llega a mostrar algún síntoma cerraremos temporalmente el centro de psicología, ofreciendo terapia online para quienes quieran seguir su tratamiento psicológico durante la cuarentena.

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