¿Qué es un narcisista? ¿Qué hacer si estás con un narcisista?
El término narcisista viene de la mitología griega. Narciso era un joven atractivo, vanidoso, orgulloso e insensible, que rechazaba a todas las que se enamoraban de él. Acabó enamorándose de su propio reflejo en el agua de una fuente. Su insatisfacción por no ser capaz de separarse de su reflejo, y que desaparecía al acercarse para besarlo, le llevó a terminar con su vida. Al caerse en el agua en el acto, se transformó en un narciso, una flor preciosa que huele mal y es estéril de fruto.
El narcisismo hoy día se clasifica como un trastorno de personalidad. Esto implica que la misma forma de ser de un individuo causa problemas para la misma persona y para su entorno. No obstante, en el caso del narcisista dichos problemas afectan bastante menos a él (se da con una frecuencia marcadamente mayor en hombres) y más a los que le rodean.
El narcisismo se fundamenta en tres pilares según investigaciones llevadas a cabo por psicólogos.
- Liderazgo y autoridad. Verse como un líder fomenta la autoestima del narcisista. Aparentemente tiene la autoestima alta, demasiado subida, pero en el fondo es todo lo contrario (hecho que esconden con gran eficacia tanto a los demás como a sí mismos) y de ahí la necesidad de compensar. A nivel laboral el narcisista da mucho de sí, deseando el reconocimiento de su superioridad y así lograr poder. Tiene una baja tolerancia a la crítica, y por ello no quieren ser mandados. El narcisista se siente merecedor de admiración, y si no la recibe, o peor, es criticado, puede reaccionar con mucha intensidad, enfadándose, indignándose y a veces con violencia.
- Exhibicismo, vanidad y egoísmo. El narcisista se considera especial, reclama la atención y admiración ajena para alimentar su sentido de superioridad. Tiende a hablar sólo de sí mismo y muestra poco interés por los demás. Su interés en los demás radica en lo que pueden proporcionarle, mayormente para subir su ego. Habitualmente los narcisistas son percibidos como arrogantes y prepotentes, pero también es cierto que pueden ser muy carismáticos, intensos e interesantes. Al principio.
- Se siente con derecho a ciertas cosas por encima de otros. El egocentrismo exhibido por los narcisistas hace que carezcan de empatía, los demás son medios para sus propios fines. El narcisista tiende a considerar que tiene derechos que otros no tienen, precisamente por lo especial y superior que es, y por eso, se permite comportamientos poco éticos. Las personas narcisistas tienden a rodearse de personas “inferiores” a él para aprovecharse de ellos y tienden a justificar sus propios comportamientos con gran facilidad, mientras que su tolerancia a “errores” ajenos es casi nula.
Justamente por el sentido de superioridad de los narcisistas, como psicólogos es raro que veamos un narcisista en la consulta. En alguna ocasión aparecen en terapia de pareja. Las sesiones de terapia de este tipo suelen caracterizarse por lo mal que hace las cosas su pareja, prácticamente todo es culpa de ella. Su pareja tiende a sentirse confusa, abatida e indefensa. No entiende por qué el otro crea tantos problemas a la vez que se cuestiona a sí misma y a menudo ha intentado hacer todo tipo de ajustes para que la relación funcione. Requiere un equilibrio importante por parte del psicólogo ya que si se le dice algo al narcisista que le desagrada o percibe como una crítica, es altamente probable que considere que nosotros como psicólogos “no sabemos nada”, y abandonan la terapia.
Estas relaciones suelen ser muy complicadas ya que parten de una base de desigualdad. El narcisista busca ser idealizado para mantener su ego elevado. Sin embargo, al inicio de la relación el narcisista manipula, se muestra encantador, interesante y admirador de las cualidades de su pareja, va “enganchando” a la otra persona. Con el paso del tiempo devalúa los mismos aspectos que antes destacaba como fantásticos, y reacciona con ira cuando las cosas no son como quiere.
Las personas empáticas tienden a ser especialmente interesantes para los narcisistas ya que los mismos tienen una alta capacidad de entender y comprender a otros, apoyando incondicionalmente y ofreciendo ayuda. Cuando la persona empática busca reconocimiento y amor por parte del narcisista no encontrarán lo que desean ya que el narcisista no tiene interés por las necesidades ajenas. De lo contrario, el narcisista manipula y busca responsabilizar a su pareja por todos los problemas en la relación. La persona empática seguirá enganchándose y es compasiva con su manera de ser por un pasado turbulento o difícil (suele ser el caso), excusando su comportamiento inaceptable.
Como psicólogos queremos resaltar dos aspectos que hemos ido comentando: la falta de empatía del narcisista y que se trata de un trastorno crónico. Esto quiere decir que el narcisista nunca va a comprender lo que le quieres transmitir. No se va a poder poner en tu posición, no puede, ni le interesa. La cronicidad implica que no va a cambiar. Por ello, hay dos opciones en el caso de que te encuentres en una relación con un narcisista:
- Aceptar que esto es lo que hay y que vivirás en su sombra, bajo sus reglas e ideas, siempre, sin mucho espacio para ti salvo si es para acariciar su ego. Lo que fue al inicio no volverá, y quizá no fue tan real como pensabas.
- Dejar la relación, hacer el duelo y seguir adelante. No hay dolor que dure para siempre.
Si optas por lo ulterior y tienes dificultades para terminar la relación, la ayuda de un psicólogo puede resultar altamente recomendable. Nuestros psicólogos en Fuengirola contamos con amplia experiencia con personas que han sido víctimas de narcisistas y estaremos encantados de acompañarte en tu proceso hacia una mayor libertad.