A la vez que el mundo se encuentra inmerso en un momento histórico intentando controlar y reducir el impacto de la pandemia en cada país. La mayoría de nosotros, tras un mes de confinamiento, comenzamos a notarnos un poco más estresados. Hoy en el blog queremos hablar sobre cómo afecta el estrés a la alimentación en época de confinamiento.
Llevamos unos días viendo, como las cestas de la compra de nuestro país han dejado de llenarse de papel higiénico, para llenarse así de cervezas, chocolate, bollería, patatas de bolsa… ¿Esto a qué se debe?
Cuando hay una situación estresante de esta envergadura, es bastante común experimentar cambios significativos, sobre todo en los comportamientos alimenticios. La comida actúa como una cortina de humo que no nos deja ver el verdadero problema. Antes de nada, vamos a explicar que entendemos por alimentación emocional.
Cuando utilizamos la comida para sentirnos mejor, es cuando podemos hablar de hambre emocional. Tratamos de satisfacer nuestras necesidades emocionales a través de la alimentación. Bien de forma consciente o inconsciente recurrimos a la comida para manejar el estrés, la tristeza, la soledad o el aburrimiento. El problema es que así, no solo, no conseguimos regular la emoción y sentirnos mejor, sino que nos sentimos peor porque le añadimos el sentimiento de culpa y malestar físico por haber comida de esa forma. Si se mantiene en el tiempo, puede llegar a ocasionar daños físicos y emocionales.
En un momento como el actual, donde hay una gran inseguridad, algunas personas pueden experimentar las siguientes conductas relacionadas con la comida:
- Comer grandes cantidades de alimentos ricos en grasas en un corto periodo de tiempo y sin poder parar.
- Picar a lo largo del día.
- Restringir la alimentación como un intento por tener el control sobre algo, en un momento de gran incertidumbre como el que estamos viviendo.
Si notas que durante las últimas semanas estás comiendo más que antes, a continuación, te dejamos algunas pautas que te pueden ayudar a sobrellevar estos días:
- Permítete sentir. Aprende a ser más consciente sobre lo que estás sintiendo. Dedica un rato al día para reflexionar. Estas preguntas te pueden ayudar: ¿cómo te sientes? ¿cuándo te sientes más estresado? ¿qué es lo que más te preocupa en estos momentos?
- Busca los motivos que te llevan a comer más. Por ejemplo, ¿cuándo se suele producir este tipo de alimentación? ¿por la mañana o por la noche? ¿después de una discusión con algún familiar? ¿después de ver las noticias? ¿cuándo es más probable que comas por estrés? ¿qué circunstancias hacen que te resulte más difícil controlar las conductas alimentarias no deseadas? ¿qué tipo de comida es la que quieres comer en esos momentos y por qué?
- Toma decisiones conscientes sobre la alimentación. Planea la comida semanal. Rétate a ti mismo para hacer frente a esas emociones lejos de la comida. Hacerte las siguientes preguntas puede ser útil: ¿me voy a sentir mejor una vez que me haya comido esto? ¿me arrepentiré después? ¿soy yo quien elige comerse esto o es mi emoción?
- Intenta mantenerte en contacto con los amigos y familia. Durante el confinamiento la mayoría de nosotros estamos bastante aislados de nuestras rutinas, amigos, familiares. Los seres humanos somos seres altamente sociales. Esta conexión social es una forma de lidiar con el estrés y las dificultades. Necesitamos estar en contacto con amigos, familiares y la comunidad en general. Recuerda estar conectado/informado, sin sobreexposición.
- Comienza de nuevo cada día. Si llevas un mes, una semana o si ayer comiste mal, no pasa nada, no te castigues por ello, cada día tienes una nueva oportunidad para intentar comer de forma más equilibrada. Maltratarte por haber comido mal no es útil. En cambio, te ayudará animarte a comenzar de nuevo en este momento, sin críticas. Establece un patrón de alimentación que reconozca las emociones difíciles que puedas estar sintiendo, en lugar de querer rechazarlas. No tengas miedo a sentir.
Para terminar, queremos recordar que no estamos en un retiro para ser productivos, sino que estamos pasando por un momento histórico realmente estresante a nivel mundial. La prioridad en estos momentos es cuidar de tu salud física y mental.
Todo lo expuesto anteriormente puede servir de ayuda, pero siempre en recomendable consultarlo con un profesional.